A sus 87 años, María Soledad Pérez del Camino, conocida como la «Polilla» de Alicante, ha protagonizado un momento histórico que quedará grabado en la memoria de la Guardia Civil. El pasado 12 de octubre, esta mujer extraordinaria volvió a vestir el uniforme de la institución, luciendo el tricorno, símbolo indiscutible de honor y tradición.
La vida de María Soledad siempre ha estado ligada a la Guardia Civil, incluso antes de nacer. Su padre, miembro del cuerpo, fue asesinado mientras su madre estaba embarazada de ella. Siendo solo una niña de 9 años, fue trasladada de Ceuta a Madrid para estudiar en el colegio Marqués de Vallejo, conocido como El Juncarejo, donde permaneció hasta los 20 años. Allí recibió el apodo de «Polilla», como se llama cariñosamente a quienes pasan por los colegios vinculados a la institución.
Tras quedar huérfana del Cuerpo, María Soledad encontró su lugar como matrona en la Guardia Civil, un rol que desempeñaban las mujeres en las aduanas para registrar a otras mujeres. Según cuenta, «la única diferencia con los guardias civiles era el arma; el salario, las responsabilidades y la disciplina eran exactamente las mismas». Este papel, desempeñado mayoritariamente por viudas o huérfanas de guardias civiles, mantenía una estrecha conexión con la institución. Sin embargo, el matrimonio suponía el final de la carrera para las matronas, algo que también le ocurrió a María Soledad.
Hoy en día, María Soledad sigue siendo una figura muy querida por los agentes de Alicante, quienes la consideran parte de su gran familia. Su inquebrantable apoyo al cuerpo y su dedicación son admirados por todos. «Para mí, no hay nada más importante en el mundo que la Guardia Civil«, afirma con orgullo.
El evento del pasado 12 de octubre, en el que María Soledad lució el uniforme completo con tricorno, representa un reconocimiento no solo a su entrega, sino también al papel crucial que las mujeres han tenido en la historia del cuerpo. Este gesto refleja un progreso significativo hacia la igualdad y un homenaje a quienes, como ella, han servido con honor y compromiso.
Para María Soledad, esta experiencia es mucho más que un momento personal; es un tributo a todas las mujeres que han formado parte de la Guardia Civil, ya sea como matronas, guardias civiles o como familiares que han apoyado al cuerpo desde el hogar. “Las mujeres han contribuido de manera incalculable al desarrollo de la Guardia Civil”, declara con firmeza.
María Soledad Pérez del Camino, la entrañable «Polilla» de Alicante, se erige como un ejemplo de dedicación, valentía y amor por la Guardia Civil. Su historia es una inspiración y un recordatorio del valor y la contribución de las mujeres a lo largo de los años.