Cada día, más de 10.000 agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se despliegan por la red de carreteras del país. Su misión es clara: garantizar la seguridad vial y hacer cumplir la ley. Pero esa misión, que en ocasiones puede parecer rutinaria, está llena de riesgos. Riesgos que, por desgracia, han convertido esta especialidad en la más peligrosa de todo el cuerpo.
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Una labor esencial… y peligrosa
Desde que se fundó la Agrupación de Tráfico en 1959, 345 guardias civiles han perdido la vida en acto de servicio. Un número que impresiona y que habla por sí solo del nivel de sacrificio y vocación que exige esta unidad. La mayoría de estas muertes han ocurrido en la carretera: atropellos, accidentes, embestidas por vehículos a la fuga, intervenciones que se complican en cuestión de segundos.
Uno de los casos más recientes y conmovedores es el del agente Dámaso Guillén, natural de Jaén. Perdió la vida mientras custodiaba una prueba ciclista en Pravia (Asturias). Un conductor, que huía a gran velocidad, se dirigía directamente hacia los ciclistas. Dámaso se interpuso y fue arrollado. Su actuación evitó una tragedia mayor, y su nombre quedó grabado para siempre como símbolo de entrega y heroísmo. Otro importante caso es el de los alumnos fallecidos de entre 19-25 años, hacían las prácticas para ser motoristas de tráfico, en ese momento se dirigían hacia la Venta la Rubia a las afueras de Madrid y procedían de la escuela de tráfico, que por aquellos entonces estaba en la calle Príncipe de Vergara de Madrid.
Cuando el deber se impone al miedo
El día a día de un guardia civil de Tráfico es exigente. No solo deben vigilar que se respeten los límites de velocidad, que se use el cinturón o que no se conduzca bajo los efectos del alcohol o las drogas. También están presentes en accidentes, cortes de tráfico, condiciones meteorológicas extremas o eventos deportivos y manifestaciones donde el riesgo es imprevisible.Y más allá de la carretera, el peligro puede venir en forma de violencia o terrorismo. En 1986, 12 jóvenes agentes en prácticas y profesionales de la academia de Baeza fueron asesinados por un coche bomba de ETA en la madrileña Plaza de la República Dominicana. Aquel atentado fue uno de los más sangrientos sufridos por el cuerpo. En 2004, los guardias J.A Palmero y J. Antonio Vidal fueron asesinados a tiros mientras intentaban detener al atracador conocido como El Solitario.
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Guardia Civil de Tráfico, vocación de servicio
Entonces, uno se pregunta: ¿por qué alguien decide formar parte de esta especialidad? La respuesta es simple y compleja a la vez: por vocación. Porque hay hombres y mujeres que sienten un impulso interior por servir, por proteger, por marcar la diferencia.
Quien elige ser Guardia Civil de Tráfico no lo hace solo por el uniforme o por la estabilidad laboral. Lo hace porque quiere estar ahí cuando más se le necesita. Porque entiende que cada día en carretera puede ser el último, y aun así, elige salir a patrullar. Si no conoces las ofertas públicas de este 2025 y los requisitos para ser guardia civil clic aquí.
Prepararse para servir
Acceder a la especialidad de Tráfico no es sencillo. Primero, es necesario ingresar en la Guardia Civil superando la oposición general. Una vez dentro del cuerpo, se debe superar un proceso selectivo específico para esta unidad, que incluye una oposición compuesta por una prueba de conocimientos y pruebas de aptitud psicofísicas. Además, se valoran méritos, antigüedad, notas académicas y, por supuesto, la capacidad para enfrentarse a situaciones de alta tensión y riesgo.
En Academia Prefortia, la academia Nº1 en preparación online para ingresar en la Guardia Civil, sabemos muy bien lo que significa dar ese primer paso. Por eso, ofrecemos una preparación integral, actualizada y pensada para quienes sueñan con vestir el uniforme. Nuestro equipo de tutores está formado por guardias civiles en activo, muchos de ellos con experiencia en Tráfico, lo que permite al alumno aprender no solo el temario, sino también lo que no se enseña en los libros: la realidad de la profesión.
Tecnología y profesionalización
A lo largo de los años, la Agrupación de Tráfico se ha modernizado enormemente. Hoy en día, los agentes cuentan con radares móviles, etilómetros digitales, tablets de gestión de denuncias, y vehículos de alta gama equipados con la última tecnología. Aun así, ninguna herramienta sustituye el criterio humano, la experiencia o la intuición del agente que, frente a un posible riesgo, debe tomar decisiones en segundos.
Además, la especialidad requiere una formación continua, no solo en normativa de tráfico, sino también en conducción de emergencia, auxilio en carretera, actuación en accidentes, atención a víctimas y primeros auxilios.
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Reconocimiento merecido
A pesar de los sacrificios, muchas veces el trabajo de los agentes de Tráfico pasa desapercibido. Pero cuando ocurre una tragedia, cuando un compañero pierde la vida, es cuando la sociedad toma conciencia de lo que implica realmente este uniforme.
Historias como la de Dámaso Guillén deberían enseñarse en todas las aulas. Porque no se trata sólo de agentes, sino de personas que anteponen la vida de los demás a la suya propia. Que cada día salen a patrullar sabiendo que no hay garantías, sólo deber.
¿Y tú, estás preparado para dar ese paso?
Si estás pensando en preparar las oposiciones a Guardia Civil, y en el futuro optar a una especialidad como Tráfico, necesitas la mejor preparación posible. No solo para aprobar, sino para entender desde el primer día la responsabilidad que supone formar parte del cuerpo.
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